Si bien el parámetro principal para escoger una lámpara solar es su nivel de iluminación (su iluminancia en lx, o su potencia en W), algo que pasa desapercibido es cuál será el comportamiento de esa iluminación durante la noche. Normalmente se esperaría un nivel de iluminación constante, es decir, que la iluminación no se atenúe, similar al funcionamiento de las lámparas tradicionales. Sin embargo, las lámparas solares si se atenúan y de hecho presentan un perfil de dimerización. Esto puede ser irrelevante por ejemplo en una aplicación residencial pero puede ser catastrófico por ejemplo en una aplicación de iluminación de una vía pública.
Las lámparas solares atenúan su nivel de iluminación como una medida para preservar la carga de la batería. En el mercado encontramos tres perfiles principales de atenuación:
- Activación por sensor: Son lámparas que solo se activan a su máxima potencia cuando detectan movimiento.
- Programables: Son lámparas que incluyen un controlador que permite programar el perfil de atenuación. Un ejemplo sería 2 horas a 100%, 4 horas a 50% y 6 horas a 10%.
- Circunstancial. Ejecuta un perfil de iluminación que depende de las condiciones particulares de los componentes electrónicos, por ejemplo, el estado de carga de la batería. Este perfil no se puede programar y resulta bastante aleatorio pues depende de la precisión con la que el circuito de control determina los niveles de voltaje.
De entre estos, los únicos que realmente pertenecen a la categoría de lámparas inteligentes son los programables ya que logran con exactitud seguir perfiles de iluminación requeridos por el usuario.